Los niños no son un diamante en bruto que debamos tallar hasta alcanzar la perfección; más bien son como pequeñas semillas,
por lo que la labor de los padres y maestros consiste en cerciorarse de
que tienen un entorno seguro donde crecer y desarrollarse.
Educar no es llenar la mente de conceptos y teorías sino liberarla para que pueda pensar y crear.
La
función de los adultos no es crear copias exactas de sí mismos, sino
dar a los niños las herramientas que necesitan para desarrollar sus
capacidades, plantearse sus propias metas y perseguir sus sueños.
“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo”. —María Montessori
“Tenemos que enseñar a los niños cómo pensar, no qué pensar” —Margaret Mead
“El objetivo de la
educación es preparar a los jóvenes para que sean capaces de educarse a
sí mismos para el futuro”. —Robert M. Hutchins